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En los últimos años, no todos creían en la selección peruana, pero otros mantenían su fe intacta. Yo siempre he sido fiel seguidora de la blanquirroja. Puede que algunas veces haya sentido que ya no teníamos muchas esperanzas, pero igual seguía ahí apoyando. Eso es algo que debería hacer cada peruano. El problema es que la gente solo se compromete al 100% cuando todo sale bien.

Fuente: El Comercio

Un claro ejemplo es cuando Perú estaba a punto de clasificar al mundial de Rusia 2018. Todas las personas que antes no tenían fe de que eso pasaría, se subieron al coche. ¿Qué fácil, no? Te dedicas a criticar y cuando todo está saliendo de la mejor manera, desaparecen todos esos comentarios negativos que le hiciste a la selección.

Es verdad que en las eliminatorias tuvimos buenos y malos momentos. Al principio sufrimos bastante y el sueño del mundial todavía era lejano. Luego llegó aquel partido contra Ecuador en Quito en el que ganamos 2 a 1, y eso nos devolvió la ilusión. En el siguiente partido le empatamos a Argentina sin goles. Ese resultado nos mantenía con vida. Quedaba el último partido contra Colombia. Si ganábamos, íbamos de frente al mundial. Si empatábamos, nos íbamos al repechaje. Eso último fue lo que pasó.

Fuente: La República

Creo que nunca había sentido tanta ansiedad como en los 2 partidos contra Nueva Zelanda. Mi corazón latía a mil por hora por el solo hecho de pensar que nuestra clasificación dependía de esos 180 minutos. Al final se logró la tan esperada hazaña y yo solo lloré de la emoción. Valió le pena esperar 36 años para ver a Perú en un mundial.

Nunca perdí la fe en la selección peruana. En cada partido yo estaba ahí, alentando hasta el final, aun cuando las cosas no salían bien y me molestaba. Para que entiendan cuánto amo a mi sele, les voy a contar una breve historia. Era octubre del 2017, nos quedaba solo el partido contra Colombia y yo había decidido ir al estadio, sí o sí. Por suerte, mi hermano logró conseguir entradas y fui la persona más feliz del mundo.

Nada me iba a impedir ir al estadio, ni siquiera el hecho de estar en semana de parciales. El partido fue el martes 10 de octubre, yo tenía examen de globalización al día siguiente. Encima era mi primer ciclo. Pero aun así decidí ir a alentar a la selección. Me acuerdo que dije “Si Perú clasifica al mundial, todo va a haber valido la pena”. Y así fue. Jalé mi examen porque no pude estudiar, pero no me arrepiento para nada.

Esta selección puede haber caído muchas veces, pero lo importante es que han sabido levantarse. Las críticas siempre van a existir, pero si demuestras compromiso y responsabilidad frente al trabajo, los buenos resultados van a llegar.